Castillo de la Atalaya, Villena

El emblema de las Fiestas de Moros y Cristianos

El Castillo de la Atalaya no es solo uno de los monumentos más representativos de Villena. Durante las Fiestas de Moros y Cristianos, se convierte en un auténtico escenario histórico donde se recrean los momentos más simbólicos de la conquista y la reconquista. Su presencia impone, emociona y conecta pasado y presente en cada embajada, cada guerrilla y cada estallido de pólvora festera.

Un escenario cargado de historia y simbolismo. Video de Villena Cultural en Youtube

Una fortaleza con alma festera

Construido en el siglo XII con origen almohade y transformado en los siglos posteriores, el castillo ha sido testigo de siglos de historia. Su silueta recortada en lo alto del cerro domina Villena y se ha convertido en un icono inseparable de las fiestas. No solo aparece en el escudo de la ciudad, sino también en la memoria de generaciones de villeneros que lo asocian al momento más épico de cada septiembre.

El corazón de las Embajadas y Guerrillas

Durante las fiestas, el Castillo de la Atalaya se transforma en un teatro al aire libre. Aquí tienen lugar las Embajadas, actos centrales en los que se representa la disputa entre moros y cristianos por la posesión del castillo. En estas representaciones, cargadas de dramatismo y tradición, los embajadores de ambos bandos se enfrentan en un duelo dialéctico que culmina con la toma simbólica de la fortaleza.

La escena cobra aún más fuerza con las guerrillas de arcabucería, que llenan el aire de estruendo, humo y emoción. El eco de los disparos resuena entre los muros del castillo, generando una atmósfera única que solo se puede vivir en Villena.

Fuegos artificiales. Día 4 y 7 de septiembre.

La Mahoma y el castillo: una tradición única

Uno de los elementos más singulares de las fiestas es la figura de La Mahoma, símbolo del poder moro, que es colocada en el castillo tras la victoria musulmana. Días después, tras la embajada cristiana, La Mahoma es retirada y entregada a la comparsa vencedora. Esta tradición, exclusiva de Villena, convierte al castillo en el epicentro simbólico del paso del dominio moro al cristiano.

Un lugar que cobra vida cada septiembre

El Castillo de la Atalaya es mucho más que una fortaleza medieval. En Villena, es un símbolo de identidad y un espacio vivo que, cada septiembre, se llena de música, pólvora, historia y emoción. Miles de personas se congregan en sus alrededores para asistir a las embajadas, vivir el sonido de los arcabuces y sentir el alma festera de la ciudad.

Visita el castillo durante las fiestas

Durante las Fiestas de Moros y Cristianos, el castillo abre sus puertas a visitantes y curiosos que desean conocer de cerca el lugar donde se desarrolla gran parte del imaginario festero. Es una oportunidad única para contemplar Villena desde las alturas, entender su historia y sentir de cerca la pasión de una ciudad que vive sus fiestas con orgullo.