Evolución de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena
De promesa espiritual a fiesta monumental
Lo que comenzó como un acto de fe se ha transformado a lo largo de más de cinco siglos en una de las fiestas más singulares de España. La romería devocional, acompañada por la soldadesca y sus salvas de arcabucería, fue el germen de una celebración que ha sabido evolucionar sin perder sus raíces.
Villena, 3 siglos viviendo la fiesta
La consolidación del modelo festero
En el siglo XIX, el esquema festero se formaliza: desfiles, embajadas, actos religiosos y teatralización. La creación de las comparsas se basa en la antigua estructura militar: capitanes, alféreces, cabos, arcabuces, banderas… La tradición se refuerza y, con el tiempo, se amplía.
En 1849 ya se cuentan cuatro comparsas (Moros, Cristianos, Romanos y Estudiantes), que pasarán a ser 14 comparsas desde 1967, divididas entre los bandos Moro y Cristiano, cada una con su propio estilo, historia y simbolismo.
Actos que han marcado la evolución
La Entrada, desfile emblemático para recibir a la Virgen con salvas.
La Cabalgata, creada en 1955, como desfile nocturno con espectacularidad visual.
La Conversión del Moro al Cristianismo, una representación única de fuerte carga simbólica.
Las Embajadas, teatralizadas en el Castillo de la Atalaya, con oratoria, pólvora y emoción.
El Ruedo de banderas, uno de los gestos más representativos, ejecutado por los alféreces frente a la Virgen.
Romería a la Virgen de las Virtudes
Participación y crecimiento
La evolución de las fiestas también se mide por su creciente participación. En 1970 se crea la Junta Central de Fiestas para coordinar su organización junto a la Junta de la Virgen. En 1988 se incorpora oficialmente la participación femenina, lo que impulsa aún más el crecimiento.
En la actualidad, cerca de 11.000 personas participan activamente en las fiestas, lo que convierte a Villena en la ciudad con las Fiestas de Moros y Cristianos más participativas de España —e incluso del mundo.