Moros Viejos
La más antigua, la más histórica
Fundada en torno a 1843 —aunque su existencia se documenta incluso antes—, la Comparsa de Moros Viejos es la decana de las comparsas del bando moro en Villena y una de las piezas clave para entender la evolución de nuestras fiestas.
Historia viva de las fiestas
Los Moros Viejos son ya mencionados en 1838, año en que participaron en el traslado de La Mahoma desde Biar, lo que demuestra que su origen se remonta a décadas anteriores. El primer documento oficial que los nombra data de 1846, haciendo referencia a las fiestas de 1845.
Originalmente conocidos simplemente como la Comparsa de Moros, fue con la aparición de una nueva comparsa del mismo bando cuando empezó a usarse el sobrenombre de “Viejos” para distinguirlos, mientras que a los recién llegados se les denominó “Moros Nuevos”.
Tradición, estilo y carácter militar
Una de las señas de identidad más reconocibles de los Moros Viejos es su estética inspirada en los Gastadores del ejército español, de donde adoptaron tres elementos muy característicos: mochila, pico y delantal (o mandil) de cuero marrón. Estos accesorios, junto con el hecho de portar el arma en el brazo derecho —como se hacía en el ejército hasta 1850—, dan al conjunto un aire marcadamente militar.
Este carácter se refleja también en su forma de desfilar: paso firme, estilo militar y al ritmo de pasodoble, lo que les confiere una presencia imponente y solemne en cada acto en el que participan. Han conservado el traje de escuadra de gastadores, aunque no así el de arcabuceros, que sí perdura en comparsas como la de Moros de Sax.
Más que una comparsa, un símbolo
Los Moros Viejos no solo representan una tradición, sino también un legado. Su historia, su estética y su papel dentro de los actos más importantes de las fiestas (como la Embajada del Moro al Cristiano o el traslado de La Mahoma) los convierten en símbolo de respeto, continuidad y orgullo festero.