Moros Nazaríes
Orgullo, identidad y vanguardia desde 1955
La Comparsa de Moros Nazaríes nace del inconformismo, la pasión festera y el deseo de avanzar. Fue fundada en 1955 por Paco Seguí, quien, siendo socio de los Moros Nuevos, no recibió el respaldo necesario para salir como Cabo —cargo que dirige el bloque de escuadras durante el desfile—. Lejos de resignarse, y apoyado por un grupo de familiares y amigos, decidió dar forma a su propia comparsa.
Un nombre con raíz histórica
El nombre no fue elegido al azar. Fue el reconocido arqueólogo villenense José María Soler quien propuso varias denominaciones. Finalmente, se optó por “Moros Nazaríes”, una evocación directa a la dinastía que gobernó el último reino musulmán en la península: el Reino Nazarí de Granada. Una elección con fuerza simbólica, histórica y estética.
La imagen de la comparsa comenzó a definirse en un comercio de la calle Mayor, donde el grupo fundador probaba combinaciones de colores y tejidos sobre un maniquí. El resultado fue un traje distintivo, lleno de carácter, que debutó oficialmente el 5 de septiembre de 1955 durante el desfile de La Entrada.
Pioneros en la inclusión de la mujer
Uno de los hitos más destacados en la historia de los Moros Nazaríes tuvo lugar en 1987, cuando la comparsa se convirtió en la primera en incorporar una escuadra femenina a un desfile oficial. Lo hizo en la Cabalgata, y aunque entonces no salió con cabo ni estructura de escuadra tradicional —fue más bien un grupo alegórico—, el gesto marcó un antes y un después en las fiestas de Villena.
El traje fue diseñado por el pintor Pedro Marco y se mantiene inalterado desde entonces, como símbolo de identidad y respeto por aquel paso valiente. Aunque la comparsa fue sancionada por ello, el movimiento tuvo eco y consecuencias: al año siguiente se eliminó la expresión “varón de buenas costumbres” de los estatutos de la Junta Central de Fiestas, abriendo definitivamente las puertas a la plena participación de la mujer en la fiesta.
Espíritu nazarí
Desde sus orígenes, los Moros Nazaríes han defendido una forma de vivir la fiesta basada en el respeto, la elegancia y el compromiso. Su presencia en desfiles como La Entrada, la Cabalgata, las Embajadas o la Procesión es siempre reconocible, tanto por la riqueza visual de su vestimenta como por el carácter sobrio y orgulloso que transmiten en cada paso.
La comparsa ha sabido construir una identidad propia dentro del bando moro, fiel a su historia y abierta a la evolución, manteniéndose como referente de integración, originalidad y dignidad festera.