Comparsas y cargos festeros

Las comparsas: dos bandos, una sola pasión

Villena cuenta con 14 comparsas oficiales, divididas de forma equilibrada entre los dos grandes bandos: el Moro y el Cristiano. Cada comparsa tiene su estilo propio, su escenografía, sus trajes y hasta su música característica. Pero todas comparten el orgullo de representar a su ciudad con pasión, elegancia y tradición.

Comparsas del Bando Moro

Moros Viejos

Moros Nuevos

Bando Marroquí

Moros Realistas

Moros Nazaríes

Moros Bereberes

Piratas

Comparsas del Bando Cristiano

Estudiantes

Marinos Corsarios

Andaluces

Maseros

Ballesteros

Almogávares

Cristianos

Cargos festeros: historia, honor y representación

Las comparsas y sus cargos festeros no solo dan forma al espectáculo, sino que representan el alma de la celebración. Cada traje, cada paso al ritmo de la música y cada gesto tienen una historia detrás… y miles de personas que la hacen posible.

Los cargos festeros tienen su origen en la antigua estructura militar de la soldadesca. Desde 1638 se documenta la presencia de Capitanes y Alféreces en los desfiles, responsables de liderar a sus comparsas con porte, respeto y solemnidad. En Villena tienen una peculiaridad: no llevan grandes distintivos, sino que se identifican por la banda y el sable (capitán) o la bandera (alférez).

Desde 1955 se incorporaron dos figuras femeninas muy queridas:

Regidora:
Máxima representante de las fiestas y la ciudad.

Madrina:
Imagen de cada comparsa, vestida con el traje típico de villenera.

Estas mujeres representan elegancia, tradición y orgullo festero, participando activamente en todos los actos oficiales.

Escuadras especiales: el arte del desfile

Las escuadras especiales son una de las joyas visuales de las fiestas. Se trata de grupos selectos dentro de las comparsas que desfilan con trajes espectaculares diseñados y confeccionados cada año para la ocasión. Son sinónimo de creatividad, calidad y espectáculo.

En Villena desfilan cada año unas 40 escuadras especiales, limitadas por norma a una escuadra por cada 100 festeros en cada comparsa. Este equilibrio permite mantener vivas las tradiciones mientras se da espacio a la innovación y al diseño.

Su presencia en desfiles como La Entrada o La Cabalgata convierte cada paso en una auténtica pasarela de historia, fantasía y talento local.