Moros y Cristianos de Villena / Identidad / Raíces culturales y etnológicas
Raíces culturales y etnológicas de las fiestas de Moros y Cristianos de Villena
Una fiesta que nace del pueblo y se transmite con orgullo
Las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena no se entienden sin su profunda conexión con el alma de su gente.
Las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena no son solo un acontecimiento festivo: son la expresión más viva del alma de una ciudad. Su origen está ligado a la promesa del pueblo a su patrona, la Virgen de las Virtudes, y desde entonces se han transmitido como un legado compartido. Cada traje, cada estandarte o cada escuadra encierra una historia personal y colectiva, testimonio de una cultura que se mantiene unida en torno a la fiesta.
Aquí, la tradición no es un recuerdo del pasado: es una forma de vida que impregna las calles, los hogares y las generaciones.
Patrimonio religioso, histórico y escénico
Religioso: La Virgen de las Virtudes, patrona desde 1476, es el eje espiritual de la celebración. Romerías, procesiones y actos en su honor recuerdan el origen devocional de la fiesta.
Histórico y monumental: Escenarios como el Castillo de la Atalaya o la Iglesia de Santiago, declarados Bien de Interés Cultural, acogen embajadas y representaciones que convierten la ciudad en un gran teatro al aire libre.
Teatral y escénico: Los parlamentos entre moros y cristianos, heredados del Siglo de Oro, mezclan literatura, dramatización y música en espectáculos populares que solo pueden entenderse viviéndolos.
La fuerza de la participación
Si algo distingue a Villena es la implicación masiva de su gente. Más de un tercio de la población participa directamente en la fiesta: festeros, músicos, artesanos, restauradores, diseñadores y voluntarios. A ellos se suma el resto de la ciudadanía, que engalana calles, acoge visitantes y mantiene vivo el ambiente festero.
Las comparsas, organizadas como asociaciones sin ánimo de lucro, trabajan durante todo el año con un sistema democrático y colaboran con la Junta Central de Fiestas, la Junta de la Virgen y el Ayuntamiento. Este modelo participativo convierte las fiestas en un fenómeno social que va mucho más allá de los desfiles.
Un legado que se transmite
La herencia festera se cultiva en familia, en los locales de comparsas y en las calles del centro histórico. No es raro ver a varias generaciones desfilando juntas o compartiendo trajes, banderas y recuerdos. Apellidos y escuadras centenarias conviven con nuevas familias que se incorporan con la misma ilusión, reforzando el carácter abierto e integrador de la fiesta.
La implicación de niños y jóvenes garantiza su futuro. Actos como el Desfile de la Esperanza o las actividades infantiles enseñan, desde la infancia, el sentido de pertenencia, la convivencia y el amor por la cultura local.
Identidad, presente y futuro
Las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena son memoria y, al mismo tiempo, renovación constante. Cada septiembre, la ciudad vuelve a escribir un nuevo capítulo de su historia colectiva, sumando tradición y creatividad.
Más que un espectáculo, son un símbolo de identidad que une, emociona y proyecta a Villena hacia el mundo con la fuerza de un patrimonio inmaterial que sigue creciendo.